viernes, 10 de junio de 2011

El regreso (I)

La historia  (1)
 
En el año 1998, Marie Ann conoció a Carlos tras presentárselo su marido John, que lo había conocido por temas de trabajo. 
El se encapricho de ella, y se propuso conquistarla, sabiendo que John no tendría inconveniente en dejársela.   
Para ello la invito una noche a cenar, y le propuso mantener una relación, a lo que Marie Ann se negó, pero el germen ya estaba sembrado. 
Una serie de mensajes de móvil, algún correo, citas literarias, alguna rosa y 15 días después una nueva cena. 
Y tras esa cena... ¡por fin!..la cama.   
A sus 40 años, y a pesar de su múltiples aventuras anteriores, y después de sus dos embarazos, en los siguientes cinco años, iba a tener más sexo fuera de casa, sobre todo, más que en casa, y más que en sus 14 años de casada. 
Al principio Carlos viajaba desde su ciudad casi todas las semanas por trabajo y los dos o tres días que estaba en la ciudad, follaba a discreción y sin limite a Marie Ann, que no tenía tiempo de satisfacer a su marido ante la caña que Carlos le daba.  
A sus 25 años Carlos poseía juventud, sexualidad a tope, aguante, resistencia... todo lo que un semental puede dar y una mujer madura puede querer.   
El siempre había estado orgulloso de su capacidad y resistencia, podía echarle a Marie Ann hasta cinco polvos, incluso alguna noche seis,  casi seguidos en apenas 4 horas, por lo que ella también fue cogiendo esa resistencia y su cualidad de multiorgásmica, la hacían la pareja ideal de sexo para Carlos. 
Fueron dos años de sexo en los hoteles donde él se hospedaba, le gustaba cambiar de hotel, y algunos recepcionistas conocían su historia con esa mujer casada.
Con el traslado a la ciudad de Marie Ann, al tercer año, el sexo entre ambos se convirtió de lunes a viernes en algo diario, con lo que su marido John casi no podía disfrutarla, y la capacidad sexual de Marie Ann, promovida y entrenada por Carlos pronto les hizo necesitar terceros que pudieran añadir excitación, pero con sus mismas cualidades de resistencia y multiplicidad, algo a lo que John no llegaba ni de lejos. 
Los tres años siguientes por tanto hasta el 2002 fueron de sexo delirante de ambos, con alguna participación esporádica de John, pero con muchos otros hombres invitados a disfrutar de Marie Ann y su capacidad de encajar sexo sin límites...
Fueron cinco años espectaculares, que esta noche Carlos trataba de recuperar, al menos en intensidad en su corta vista por trabajo a la ciudad, aunque si al entrevista laboral del día siguiente cuajaba, quizá muy pronto volvería a tener el magnífico cuerpo de Marie Ann, a pesar de sus 50 años, a su entera disposición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario